Siguiendo los pasos de esta sencilla receta, en poco tiempo tendrás unos deliciosos garbanzos fritos salados, para tomar como aperitivo en cualquier lugar.
La noche anterior a la elaboración de los garbanzos fritos, tenemos que poner la legumbre en remojo, en abundante agua con una pizca de sal.
En el momento de hacer los garbanzos fritos, tenemos que poner los garbanzos a cocer, en agua con sal, durante un mínimo de 30 minutos o hasta que queden blandos. Tras cocer los garbanzos, tenemos que escurrirlos bien. Reservamos.
Por otro lado, vamos a ir pelando y cortando la cebolla en trozos no muy grandes. Los echamos en una sartén, que pondremos al fuego con abundante aceite, y añadimos los garbanzos escurridos.
Cuando los garbanzos fritos hayan adquirido un color dorado, los sacaremos de la sartén y los colocaremos sobre un papel de cocina o papel absorbente, para retirar el exceso de aceite sobrante y añade un poco de sal (al gusto).
Si lo deseas, puedes añadir alguna otra especia a los garbanzos fritos, para potenciar su sabor.
Foto orientativa: arnold | inuyaki
Aquí tenéis un plato de legumbres que se cocina en poco tiempo. Estos garbanzos fritos con beicon son una receta sencilla de preparar, nutritiva y sana.
Si buscas una forma original de degustar un plato de garbanzos, aquí tienes una recete muy sencilla, con la que podrás hacer unos ricos garbanzos asados.
Con unos garbanzos, un poco de cebolla, ajo, un toque de romero y el sabor del chorizo, se puede preparar un plato completo y con un sabor delicioso.
Un buen plato de garbanzos energéticos, más suaves que el cocido, pero más sabrosos si cabe gracias al jamón, al hueso y a las verduras.
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